Análisis
El abatimiento de un paciente psiquiátrico puso en primera plana nuevamente el tema de salud mental en Uruguay. La muerte producto del disparo del efectivo policial pone la foto de una imagen indeseable, que debe ser abordada con la seriedad y el compromiso deontológico con la vida.
El tema de la salud mental ocupó la primera plana en las campañas presidenciales. Todos los candidatos a presidentes de Uruguay la reconocieron como un problema urgente. Lo mismo ocurrió con las campañas departamentales. Salud mental se repitió como un «loop» por los candidatos de todas las gamas y colores políticos.
Ahora; qué se entiende por salud mental? Qué compromiso verdadero hay del sector político como del sector profesional.
Días atrás Pablo S ( * ) fue derivado en una Clínica de la mutualista de Maldonado a consulta psiquiátrica. En mesa de entrada, cuando fue a sacar el turno le dieron fecha para fines de Agosto. Sí, leyó bien: tres meses para apenas tener un primer contacto con el médico, y es mas, si el paciente necesita terapia psicoógica deberá «esperar» que el psiquiatra ordene su pase a consulta psicológica.
Que pasa si este paciente tiene trastorno de ansiedad compulsivos? que pasa si tiene ataques de pánico? Que pasa si este paciente, como Pablo S. está en soledad y no tiene la posibilidad de canalizar sus angustias. Que pasa si Pablo es huérfano y no tiene con quien hablar? Que misión tienen los psicólogos, psiquiatras? la respuesta es…Tres meses de espera mínimo para abordar el problema.
Es esta una respuesta humana? Es esta una respuesta sana? es esta una respuesta profesional? Es una respuesta saludable?
Si el caso de este paciente, que es verdadero, ocurrió en una mutualista privada, imagínese la respuesta en un centro asistencial público donde los recursos no son los mismos.
Una verdadera respuesta humana y deontológica para un paciente debe ser inmediata. En épocas de ansiedad generalizada, donde todos trámites se hacen de repente y con la velocidad de un click la salud, no puede esperar meses en atender una demanda tan humana como real.
- Pablo S. es un nombre de fantasía, el caso es real.
